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Piernas labradas, perfectas en compás lujurioso acomodadas, soledades de malecón y estrellas volcanes y espaldas en auto aprisionadas.
Deleitosas exploraciones soñadas devoran las lavas de tus agonías. Labios abandonados en almohada gimes queda y esperas agitada.
Presientes la intensidad de sus pecados, que te serpentean lascivos, embriagada, y él perdido en efluvios aterciopelados enloquece al saberte imaginada.
Irremediable no rehúsas, prodigada, vuelas temblorosa y sinuosa, en sueños apetecibles dominada y profundamente dichosa.
© Lobo de Mar
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